miércoles, 1 de septiembre de 2010

Mezquitas en España

Hace no mucho participé en una discusión (aún no terminada, como debe ser) sobre la construcción de mezquitas en España.

El argumento inicial y punto de partida fue:

Como ellos no permiten construir iglesias en sus países, nosotros tampoco debemos permitirles construir mezquitas en el nuestro.

Claro, la contestación parecía sencilla:

Bueno, visto así, como ellos no permiten el adulterio y lo castigan con la lapidación, nosotros tampoco...

O dicho de otra manera:

Como ellos no son civilizados (según nuestro criterio de lo que es la civilización) nosotros tampoco debemos serlo con ellos.

O lo que es lo mismo:

Ojo por ojo.

Las sucesivas respuestas pueden agruparse en dos tipos:

- Vale, que ellos mantengan sus tradiciones en sus países y nosotros las nuestras en los nuestros, así que no permitamos que usen el velo en los colegios, o en los lugares públicos.

- Si les damos libertad de desarrollar su cultura en nuestro país, y negamos las raíces cristianas de Europa, terminarán por invadirnos sin que nos defendamos, y acabarán con la cultura occidental (o española, o cristiana).

Como se puede ver, una idea relativamente sencilla, empieza a derivar, y el debate empieza a tocar temas de todo tipo. He dejado la transcripción de la conversación en este punto por no alargarlo más, pero obviamente hay argumentos y contraargumentos para seguir un buen rato, y acabar discutiendo sobre cualquier otra cosa distinta del tema inicial....

Sin embargo, reflexionando un poco sobre todo esto, en frío, y sin la necesidad de tener que defender cada concepto con un eslogan, me da la impresión de que el punto de inicio del debate ya está viciado de por sí.

Volvamos al principio:

Como ellos no permiten construir iglesias en sus países, nosotros tampoco debemos permitirles construir mezquitas en el nuestro.

Aquí se están produciendo dos identificaciones de una parte con el todo, que son bastante perniciosas, y que, a mi modo de ver, producen la verdadera controversia:

Por un lado parece que estamos identificando a los cristianos con Europa (o con España), con lo que la frase realmente dice:

Como ellos no permiten a Europa (o España) construir iglesias en sus países, Europa (o España) no debe permitirles construir mezquitas en sus territorios.

Sin embargo la realidad es que no se puede hacer una identificación entre los cristianos y Europa (o España), principalmente porque, por suerte, son instituciones laicas (o aconfesionales). Por tanto la frase debería quedar de la siguiente manera:

Como ellos no permiten que se construyan templos dedicados a una de las religiones que se profesan en Europa (o España) de manera mayoritaria, Europa (o España) no debe permitir que se construyan templos dedicados a su religión (la de ellos, claro), que por otra parte, también se profesa en Europa (o España), de manera no tan mayoritaria.

Visto así el argumento pierde un poco de fuerza, y realmente vuelve a ser equivalente a:

Como ellos no permiten la libertad de culto en sus países, nosotros tampoco la debemos permitir en los nuestros.

La segunda identificación de una parte con el todo es, probablemente, aún más sutil, y sin embargo, o quizá por ello, aún más perniciosa:

Estamos identificando el conjunto completo de los musulmanes con el conjunto de aquellos países que no permiten la construcción de mezquitas, y estamos aplicando sobre todo el conjunto un "castigo" debido a las "injusticias" de una parte.

No estoy hablando de que el Islam me parezca una religión tolerante, y un ejemplo a seguir por toda la Humanidad (como toda religión, tiende a ser una negación de la realidad en favor de metáforas y metafísica, y probablemente es de las más destructivas en cuanto a sus normas de comportamiento), y tampoco quiero defender a otros países que, aún permitiendo la construcción de iglesias, son teocracias que dificultan la libertad religiosa y de expresión, así como el ejercicio de derechos que considero fundamentales.

Sin embargo pensemos en un ciudadano español (o europeo), nacido español (o europeo) para mayor identificación cultural, que un día se convierte al Islam, por convicciones propias, o por tradición familiar (quién sabe)...

¿Qué culpa tiene él de que Arabia Saudí no permita la construcción de iglesias?¿Qué culpa tiene él de que existan teocracias en el mundo? ¿Por qué las acciones de un estado externo pueden provocar que suspendamos el ejercicio de los derechos de un ciudadano español (o europeo)?

Sospecho, sin ser un experto en el tema, que el Islam no prohíbe explícitamente la construcción de iglesias (o, por lo menos, el Islam no fundamentalista), y que los musulmanes no tienen un representante de Ála en la tierra que se pueda considerar una cabeza espiritual que los representa a todos ellos (como sí ocurre con el Papa y la Iglesia Católica Romana), más allá de imanes locales más o menos influyentes.

Por tanto, no parece que existan motivos para ligar las acciones de un estado teocrático musulmán con el ejercicio de la libertad de culto de un ciudadano español (o europeo) que comparta su misma religión. Y tal ejercicio de libertad sospecho que incluye el derecho a la construcción de templos de culto siempre que se cumplan los requisitos legales necesarios para una construcción de ese tipo.

Eliminando la identificación de una parte por el todo, el punto inicial quedaría :

Como en algunos países donde el Islam es mayoritario (hasta el punto de constituir una teocracia) no se permite la construcción de templos de la religión cristiana, los ciudadanos españoles (o europeos) no deben poder construir templos dedicados al Islam.

Visto así, creo que el argumento empieza a ser un poco absurdo.

Y, si queremos dar una vuelta de tuerca y, teniendo en cuenta que en un estado laico (e incluso en uno aconfesional como el nuestro) todas las religiones deben ser tratadas de manera similar, si aceptamos ese argumento deberíamos aceptar el siguiente:

Como en algunos países donde el Cristianismo es mayoritario (hasta el punto de constituir una teocracia) no se permite la construcción de templos de la religión islámica, los ciudadanos españoles (o europeos) no deben poder construir templos dedicados al Cristianismo.

Y después deberíamos preguntarnos si en el Vaticano permitirían la construcción de una mezquita, o si la decisión de Suiza de no permitir la construcción de minaretes no podría también encajar en ese supuesto.

Como, obviamente, a casi cualquiera que lea esto le parecerá una estupidez que las decisiones del gobierno suizo o del Papa de Roma afecten al ejercicio de la libertad de culto de un ciudadano español (o europeo) en su propio país, el caso debería ser aplicable a las acciones de Araba Saudí, Irán y demás, con respecto a la libertad de culto de un ciudadano igualmente español (o europeo).

Otro aspecto ligeramente distinto es si se debería permitir que estos estados intolerantes con algunas religiones financien templos en España o Europa, o si el derecho a la libertad de culto se aplica también a los inmigrantes... Y aunque creo que mi conclusión probablemente sea la misma que en este caso, dejaremos el debate para otro día... ;-)

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