domingo, 3 de febrero de 2013

La Gran Familia

Desde luego, si los papeles de Bárcenas son falsos, la falsificación se ha hecho con mucho detalle, incluso diría que con mimo, con cariño.

Leyéndolos uno se encuentra con detalles como "Reloj Javier Arenas", "Entrega a Paco para Begoña", "Traje Mariano", que permiten recrear una especie de cotidianeidad en la entrada y salida de dinero negro similar a los gastos de una casa, como si el Partido Popular fuera una gran familia (ah, la familia...) y estos papeles no fueran mas que una especia de lista de la compra del tesorero, preocupado por el bienestar de sus niños.

Realmente los papeles son, en su mayor parte, una lista de nombres y cantidades de dinero, pero son estos detalles los que nos hacen construirnos una imagen en la cabeza de lo que podía ser el estilo de vida del político popular. Probablemente sea la lista de nombres fría y precisa la que permita a jueces, periodistas y carroñeros de otros partidos averiguar más información, conectando esas fechas, procedencias y cantidades con otras tramas de corrupción ya conocidas, dando coherencia a todo el conjunto.

Pero es esa imagen de normalidad en la inmoralidad, de superioridad, arrogancia e indiferencia en la comisión del delito, la que se está aposentando en la conciencia colectiva de la sociedad. Es esa visión idílica de la familia del PP, arropada por sus dirigentes y financiada por empresarios y sociedades, a quien posteriormente devuelven los favores, la que más daño va a hacer a su imagen y sus propósitos.

Porque, aunque posiblemente no haya una relación causa-efecto directa entre una cosa y a otra, al pueblo le resulta muy fácil comparar esa familia feliz que es el PP, donde Mariano se puede permitir gastar 9100 euros en trajes y se le pude regalar un reloj de 700 euros a Javier Arenas, o donde se puede pedir un préstamo para arreglar la casa (no sabemos en que condiciones pero desde luego no veo al PP desahuciando a un dirigente por no pagar la cuota), todo ello con los engranajes girando engrasados por el dinero negro, con la imagen de las propias familias donde se puede encontrar fácilmente a alguien en paro, donde se remiendan las ropas de los niños para ir al colegio y se vive con la amenaza de no poder pagar la hipoteca llamando a la puerta constantemente.

Lamentablemente, la política actual se basa, como el marketing, en generar imágenes de estilos de vida que se pretenden vender a los electores, generalmente basados en humo y palabras vacías. Esta vez la imagen, quizá basada en humo, papel y tinta, y en el detalle de la letra manuscrita de Bárcenas, se ha vuelto contra los políticos.