sábado, 27 de agosto de 2011

El alma tenías...


El alma tenías
tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.
Busqué los atajos
angostos, los pasos
altos y difíciles...
A tu alma se iba
por caminos anchos.
Preparé alta escala
-soñaba altos muros
guardándote el alma-,
pero el alma tuya
estaba sin guarda
de tapial ni cerca.
Te busqué la puerta
estrecha del alma,
pero no tenía,
de franca que era,
entrada tu alma.
¿En dónde empezaba?
¿acababa, en dónde?
Me quedé por siempre
sentado en las vagas
lindes de tu alma.

Pedro Salinas

martes, 16 de agosto de 2011

Viajeros o náufragos

La vida está llena de pequeños momentos en los que tu camino cambia de rumbo y no te das cuenta: Un metro que no cogiste, un día que llegaste tarde, un sms que enviaste, o que no llegaste a enviar, una solicitud de facebook que aceptaste, o aquel viaje al que te apuntaste en el último momento...

Son momentos inevitables y con el tiempo de das cuenta de que es imposible luchar contra ellos porque la vida va pasando a tu alrededor mientras la intentas planificar, y el universo es demasiado caprichoso y descomunal para poder controlarlo.

¿Qué nos queda entonces?¿Dejarnos llevar por la corriente hacia donde quiera llevarnos el azar?

No, lo que nos queda es aferrarnos a los que nos hace únicos, lo que nos hace ser nosotros mismos, a lo que sentimos, a lo que queremos y en lo que creemos.

La vida nos lleva donde quiere, pero es decisión nuestra si nos dejamos arrastrar por la corriente o nos intentamos mantener a flote, aprendiendo en cada puerto que visitemos.