domingo, 2 de octubre de 2011

Relato de terror

Estoy recogiendo la ropa seca de la última lavadora mientras de fondo resuena el ruido de la tele (están poniendo Arma Letal 2, y el melancólico sonido de acorde de guitarra entre tiro y explosión llena la penumbra del estudio).

En un alarde de energía me pongo a doblar camisetas y emparejar calcetines, en vez del procedimiento habitual de separar los montones por tipo de prenda cuando, de repente me doy cuenta de que hay algo que falla...

Voy corriendo al cesto de la ropa sucia y revuelvo el contenido, aguantando la respiración. Con el alma encogida me dirijo a la bolsa de entrenar y manoteo frenéticamente entre las prendas y, por fin, con un suspiro de desesperanza la dejo caer y me dirijo lentamente hacia el sofá...

Mis calcetines están perfectamente emparejados, absolutamente, incluso por colores. Tanto los limpios que acabo de empaquetar en mi inconsciencia como los del cesto de la ropa sucia, las medias de competir, los de la bolsa de entrenar. Hasta los putos calcetines bajeros del Decathlon, que parece que se reproducen ellos solos, y un par de calcetines grises con un par de tomates mirándome desafiantes desde el fondo del cesto, todos con su correspondiente pareja.

Miro por la ventana hacia el atardecer y casi lo puedo sentir....El fin del mundo está cerca...



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