viernes, 21 de diciembre de 2012

No hay luz sin oscuridad

Venía andando por las calles de Madrid, solo, a las 4h de la mañana, en una situación especialmente lúcida, o especialmente alucinógena, que a veces no se sabe distinguir, reflexionando sobre la vida, sobre el rumbo que toman las cosas, sobre las veces que hacemos el tonto.

¿Y por qué elegimos siempre tropezarnos y caer?

Porque vivir bajo la luz de tus ojos es muy parecido a lo que sienten las mariposas atrapadas en un farolillo, que saben que les quema, pero no pueden huir.

Porque surcarte es como nadar en el océano oscuro y profundo. Porque sin el horror presente de hundirme para siempre en sus profundidades, no sería muy distinto de nadar en una piscina.

Y mil veces intentaré navegar, nadar, aprender a moverme por tu esencia, y mil veces me ahogaré y moriré, y veré con mis ojos las bestias abisales, y el miedo me atenazará, y el aire me faltará en los pulmones... Y sin embargo mil veces elegiré seguir abrazado a ti, a tu recuerdo o a tu deseo, al sueño de estar contigo.

Porque me haces sentir. No ya bien o mal. Me haces sentir. A secas.

Alegría, placer, dolor, miedo, es lo de menos, pero me hace sentir vivo. Y la vida sin la posibilidad de la pérdida y el dolor, de la alegría y de la ilusión no es sino un yermo caldeado. Una habitación confortable, donde no hace frío, ni calor, ni sientes deseos de moverte excepto para atizar las brasas de una chimenea que no produce llama, que solo te mantiene caliente mientras el tiempo pasa.

Porque es muy fácil ser racional y juzgarlo todo mirando a través del témpano de hielo, pero tú lo rompes en mil pedazos y lo que queda al otro lado es la llama desnuda de tu sonrisa y tu ceño fruncido. Y prefiero sentirme indefenso bajo la lluvia de tu desdén y permitirme después sentir tu piel con mis propias manos, que refugiarme tras los guantes y la capucha y sentirte como un cirujano, que te abre, te opera y te cose los órganos interno, y no sabe nada de tu alma.


domingo, 16 de diciembre de 2012

Sanidad pública o privada

Es muy posible que no este diciendo más que tonterías, pero con todo, no puedo dejar de expresar mi opinión sobre el debate que hay actualmente sobre la privatización de la Sanidad , especialmente en la Comunidad de Madrid.

Partimos de las siguientes propuestas:

1.- La sanidad es un derecho público. Yo entiendo por esto que todo ciudadano, independientemente de cualquiera de sus condiciones (laboral, social, económica, etc...)  debe tener acceso a ciertos servicios sanitarios. Además, añado, esos servicios sanitarios deberán tener el máximo nivel de calidad posible y deberán estar en constante mejora, a través de la inversión y la investigación.

De esto se deduce que el Estado tiene que garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso al sistema, ya sea financiándoselo en función de su nivel de renta, o creando infraestructuras lo suficientemente cercanas a toda la población para asegurar que los desplazamientos y el tiempo de espera no afectan negativamente a la salud de los ciudadanos.

Claro está que aquel que no quiera utilizar dicho sistema sanitario disponible para todos y considere que puede encontrar un sistema sanitario mejor pagándoselo de su bolsillo, está en su perfecto y pleno derecho de hacerlo.

2.- Por supuesto, siendo realistas, ese máximo nivel de calidad del que hablaba antes depende de los recursos de que disponga el Estado para dedicar a dicho sistema sanitario y de la eficiencia con que los gestione. Por tanto la cantidad de servicios ofertados, la calidad de los mismos y los tiempos de espera para acceder a ellos serán dependientes de la riqueza y capacidad de gestión del Estado y, por tanto entiendo que pueden fluctuar en el tiempo en función de dichos parámetros.

Hasta aquí no creo que haya escrito más que una lista de obviedades con las que casi todo el mundo estará de acuerdo. Se podrá comprobar que de estas proposiciones no parece deducirse necesariamente si es Sistema Sanitario debe de ser público o privado (en el sentido de gestión privada) siempre que se garantice la posibilidad de acceso de todos los ciudadanos sin que su condición social o económica influyan lo más mínimo.

Ahora bien, si entramos en el debate sobre si se debe cambiar un sistema publico, en el que la gestión, el servicio y la financiación son públicas, por un privado, en el que la gestión y el servicio lo proporciona una empresa privada, pero lo financia el Estado, usando como razón principal el ahorro de costes, solo se me ocurren 3 posibilidades:

- El coste de un sistema privado es menor, porque se disminuye la calidad del sistema, ya sea porque se reducen los servicios incluidos, porque se disminuye su calidad o porque se aumentan los tiempos de espera.

En condiciones normales, esta posibilidad me parece simplemente inaceptable y contradice el primero de los puntos descritos anteriormente. En el contexto del crisis actual, y dado que hemos dicho que la calidad del sistema puede fluctuar debido a la disponibilidad de recursos del Estado podría tener sentido a condición de que aceptemos la  proposición "No podemos permitirnos una Sanidad de esta calidad", pero tengo mis reservas sobre si no se puede quitar dinero antes de otros sitios que del Sistema Sanitario.

E incluso en caso de que hubiera que reducir la calidad del sistema porque no nos la podemos permitir, ponerlo en manos privadas no debe ser la manera de ahorrar, porque una empresa privada, por definición, además de proporcionar un servicio, tiene que sacar un beneficio, lo que provoca que no toda la inversión vaya destinada a la atención al paciente.

Es decir, si antes podíamos invertir 100 euros en el sistema público, y ahora solo podemos invertir 50 por la crisis, en un sistema público esos 50 euros estarán dedicados íntegros a proporcionar el servicio, mientras que en un sistema privado, por ejemplo, 40 servirán para proporcionar el servicio y otros 10 quedarán como beneficio para la empresa.

- El coste de un sistema privado es menor porque se gestiona mejor el dinero.

Bien, eso se reflejaría en nuestro ejemplo con el hecho de que los 40 euros invertido en el paciente en el sistema privado se "aprovechan mejor" que los 50 euros invertidos en el sistema público.

Es una posibilidad razonable, y a ella se aferran muchos defensores del sistema privado, sin embargo tiene una solución razonablemente fácil que consiste en cambiar a los gestores de la sanidad pública, ya sea contratando directamente a los gestores de la sanidad privada (a los gestores como personas, no a las empresas) o copiando su sistema de gestión, si realmente proporciona la misma calidad del servicio disminuyendo costes.

Probablemente salga más barato contratar buenos gestores privados que subcontratar el sistema sanitario completo. Es decir, si 40 euros privados rinden como 50 públicos, de los 10 sobrantes prefiero pagarle 3 al gestor que hace posible ese rendimiento, que 10 a toda la empresa privada.

Además, con esta línea argumental, nuestros dirigentes están admitiendo que no son capaces de gestionar bien la Sanidad y tienen que subcontratarla, añadiendo un sobrecoste en el área de gestión, que es su área, a cambio de una rebaja en el coste del área asistencial.

- El coste de un sistema privado es menor porque sus costes de "producción" son menores.

Es muy parecido al punto anterior, solo que el mejor aprovechamiento de los 40 euros del ejemplo no viene por una mejor gestión, si no que en la sanidad privada el coste de los recursos es menor, ya sea porque el coste de los materiales es menor o porque las condiciones laborales de su personal son peores que en la pública.

Esta posibilidad tiene una vertiente un poco desconcertante y es mi dificultad para creer que se puede mantener la calidad del Sistema Sanitario empeorando las condiciones de sus trabajadores, o empleando materiales mas baratos. Yo tengo unas dudas muy serias al respecto.

Y en cualquier caso, volveríamos al punto inicial: Si de verdad es necesario empeorar las condiciones de los trabajadores del sistema sanitario porque "No nos lo podemos permitir", mejor que se haga desde un régimen público, puesto que seguiremos ahorrándonos el margen de beneficio de la empresa privada, y ese recorte extraído de las condiciones de trabajo de los médicos, enfermeras y demás, por lo menos podrá revertir en la sociedad.


Como conclusión: Si consideramos la Sanidad como un derecho y la tiene que financiar el Estado, es mejor que se haga desde una empresa pública que no va a guardar ni un solo euro para generar beneficios, y si hace falta, que se copien todas las medidas y acciones necesarias de la sanidad privada que sean razonables para hacerla más eficiente.

domingo, 9 de diciembre de 2012

El último amor



I
Amor mío, amor mío.
Y la palabra suena en el vacío. Y se está solo.
Y acaba de irse aquella que nos quería. Acaba de salir. Acabamos de oír cerrarse la puerta.
Todavía nuestros brazos están tendidos. Y la voz se queja en la garganta.
Amor mío...
Cállate. Vuelve sobre tus pasos. Cierra despacio la puerta, si es que
                                                                                   no quedó bien cerrada.
Regrésate.
Siéntate ahí, y descansa.
No, no oigas el ruido de la calle. No vuelve. No puede volver.
Se ha marchado, y estás solo.
No levantes los ojos para mirarlo todo, como si en todo aún estuviera.
Se está haciendo de noche.
Ponte así: tu rostro en tu mano.
Apóyate. Descansa.
Te envuelve dulcemente la oscuridad, y lentamente te borra.
Todavía respiras. Duerme.
Duerme si puedes. Duerme poquito a poco, deshaciéndote, desliéndote
                                                      en la noche que poco a poco te anega.
¿No oyes? No, ya no oyes. El puro
silencio eres tú, oh dormido, oh abandonado,
oh solitario.
                   ¡Oh, si yo pudiera hacer que nunca más despertases!

II
Las palabras del abandono. Las de la amargura.
Yo mismo, sí, yo y no otro.
Yo las oí. Sonaban como las demás. Daban el mismo sonido.
Las decían los mismos labios, que hacían el mismo movimiento.
Pero no se las podía oír igual. Porque significan: las palabras
significan. Ay, si las palabras fuesen sólo un suave sonido,
y cerrando los ojos se las pudiese escuchar en el sueño...

Yo las oí. Y su sonido final fue como el de una llave que se cierra.
Como un portazo.
Las oí, y quedé mudo.
Y oí los pasos que se alejaron.
Volví, y me senté.
Silenciosamente cerré la puerta yo mismo.
Sin ruido. Y me senté. Sin sollozo.
Sereno, mientras la noche empezaba.
La noche larga. Y apoyé mi cabeza en mi mano.
Y dije...
Pero no dije nada. Moví mis labios. Suavemente, suavísimamente.
Y dibujé todavía
el último gesto, ese
que yo ya nunca repetiría.

Vicente Aleixandre

sábado, 1 de diciembre de 2012

El mejor del siglo XXI

Hoy he oído un comentario en la radio, a cuenta del partido de esta noche entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, que decía algo parecido a esto:

Por su número de copas, trofeos, palmarés e historia, el Real Madrid ha sido nombrado "Mejor Club del Siglo XX" y estoy seguro de que también lo será del siglo XXI, aunque nosotros no lo vayamos a ver.

Estoy seguro de que era un comentario ligero sin mucha trascendencia, pero pensando un poco en ello me parece bastante iluso pensar que de aquí a que acabe el siglo XXI el mundo va a seguir funcionando  como hasta ahora, permitiendo en 2101 nombrar al Real Madrid mejor club del siglo.

Cualquiera podrá decir que el Madrid tiene mas de 100 años de historia, que tanto el equipo como el mundo del fútbol han sobrevivido a dos Guerras Mundiales y una Guerra Civil, varias crisis económicas, entre otras muchas cosas, y que 89 años más no es descabellado.

¿Quién sabe?

El mundo se mueve, cada vez más deprisa, y los siguientes 89 años van a estar llenos de cambios, como ya lo estuvieron los 89 anteriores.

A corto plazo tenemos la crisis económica, que está derivando en una crisis social, pero también la primavera árabe, que más bien se está convirtiendo en el otoño, y augura la llegada del invierno, la ascensión de China, la cuenta atrás del Irán nuclear y las respuestas estadounidenseisraelí (a quien acaban de dar una colleja en la ONU).

También tenemos el cambio mas notorio del modo de vida reciente que ha representado Internet y sus consecuencias más cercanas como las redes sociales, el doble check del Whatsapp, los stickers de LINE  y la evolución del P2P, desde eDonkey al BitTorrent, pasando por MegaUpload, que están cambiando el acceso a la información del ser humano, cambiando el modelo de sociedad de una manera no vista hasta ahora.

No podemos olvidarnos del cambio climático, la vuelta a la exploración espacial, los avances en la física y, fundamental de aquí a los próximos 100 años, la previsible sustitución de una economía basada en el carbón y el petróleo por alguna otra cosa (no sabemos si la economía nuclear total, la basada en las renovables, o la basada en la vuelta al medievo).

En cualquier caso, la vida en 2101 no parece que vaya a parecerse mucho a la vida en 2012, y sospecho que el fútbol no tiene suficiente robustez para sobrevivir a todo esto y no ser sustituido por una competición de Angry Birds mundial.

Así que, señores, disfrutemos del partido de esta noche, ahora que todavía se puede y, sobre todo, sean parte del mundo en que vivimos, que está cambiando y nos lo vamos a perder.