miércoles, 28 de abril de 2010

¿Qué es envejecer?

Es comprobar con tristeza que alguien que lo fue todo para ti, te llama un día y no se da cuenta de que ya no te conoce...

martes, 27 de abril de 2010

Blognanismo...

Me pregunto si leer tu propio blog, más allá de comprobar que se han publicado bien las entradas, es alguna forma de onanismo intelectual...

domingo, 25 de abril de 2010

¿Un acción vale más que mil palabras?

Esta mañana he oído que José Blanco había hecho unas declaraciones contra Rajoy en un mitin celebrado en Fuenlabrada (no pongo el link porque el contenido es irrelevante), y me ha surgido una pregunta, quizá demasiado ingenua:

¿Qué hace un ministro dando un mitin un sábado en período no electoral?

Yo pensé que los mítines eran actos de propaganda en los que se intentaba mostrar al público las ventajas de un candidato, un partido o un programa (otro día debatiremos sobre la relación entre estos tres términos) de cara a unas elecciones, probablemente anunciando sus intenciones futuras de gobierno, no una rueda de prensa sin turno de preguntas y con un montón de público favorable al orador en cuestión.

Se me ocurren dos posibles respuestas que no son mutuamente excluyentes:

La primera es que ya no existen los periodos electorales como tales, si no que siempre se está en campaña electoral de facto, por lo que los mítines no dejan de ser parte habitual de las tareas realizadas por los políticos.

De esto se deduce que un político dedica un tiempo semejante (o quizá menor) a la tarea para la que fue elegido (que es gobernar o legislar), que a la tarea de autopromocionarse para asegurarse la siguiente elección.

Por un lado esto implica que se asume como normal que parte del deber de un político es perpetuarse en el cargo y, por otro, que el instrumento que debe utilizar para ello es la dialéctica, y no el prestigio derivado de su buena labor en el ejercicio del poder.

La segunda respuesta que se me ocurre es que los mítines son necesarios para generar noticias y vender publicidad. Me explico: Desde hace bastantes años, el periodismo político se ha convertido en lo que se ha dado en llamar "periodismo de declaraciones", que significa que no es noticia lo que los políticos hacen, si no lo que dicen.

De esta manera, para aparecer en los medios, y cumplir esa función de autobombo de la que hablábamos antes, no es necesario que un político haga nada relevante, si no sólo que opine sobre cualquier cosa relevante, donde "cosa relevante" se puede aplicar, por recursión, a cualquier opinión previa vertida por otro político o por él mismo.

Claro, a un político (o a un partido) le resulta mucho más sencillo montar un mitín que hacer algo útil, y a un medio le resulta mucho más sencillo recibir el resumen de un gabinete de prensa que buscar una noticia de verdad.

Un caso bastante patético de esta simbiosis entre políticos y medios de comunicación es el de las tertulias radiofónicas en las que se invita a algún político para ser entrevistado. En muchos casos se entrevista al invitado, hablando sobre las intrascendencias diarias habituales, y, una vez terminada la tertulia, en el siguiente bloque de noticias de la cadena (generalmente solo unos minutos después de la entrevista) ¡¡¡¡ se abre el informativo con las declaraciones del invitado!!!!

La verdad es que es un mecanismo que roza la perfección, y que permite a la propia cadena generar sus propias noticias, sin necesidad de estar pendiente de la realidad... Lo que me parece curioso es que todos los medios parecen entrar al trapo, en una especie de acuerdo solidario, de tal manera que todas publican las noticias generadas por todas las demás.

Me pregunto qué pasaría si algún medio dejara de generar y publicar noticias declarativas, y se limitar a contar lo que pasa en el mundo... Un día voy a hacer un experimento, cogiendo cualquier periódico, y dejando las noticias que cuenten algo que ha pasado, y no las que cuenten algo que ha dicho alguien, a ver qué queda...