domingo, 25 de mayo de 2014

Metáforas manipuladas

Imagínate que vas a una feria del libro buscando un libro que comprar.

No buscas un libro concreto, pero tienes una idea aproximada de tus gustos: novela histórica, poesía, ciencia ficción... Buscas algo que te entretenga, que te llene, que te haga crecer... quizá buscas una obra sublime que te emocione o algo que leer antes de dormir. 

En cualquier caso, buscas un libro para leértelo y no para tenerlo de adorno en la estantería del salón.

Imagínate que te encuentras con una treintena de casetas llenas de vendedores, cada uno con su oferta. Algunos tienen una oferta parecida con ejemplares que se repiten, best sellers que salpican las estanterías como setas tras la lluvia, y otros tienen ejemplares muy raros, dedicados a un público minoritario, incluso en algunos tenderetes solo se vende un único libro, bueno o malo, del que su autor esta especialmente orgulloso.

De todas esas casetas dos destacan especialmente, quizá las más grandes en espacio, pero no necesariamente las que mejor oferta tienen, por lo ruidoso de sus vendedores. Mientras que en cada puesto hay un representante de la editorial o de los autores de los libros, explicando las bondades de sus productos, en estas dos casetas sus vendedores se dedican únicamente a anunciar lo mal que se vende el contrario, lo mala que es su oferta y lo pésimo y hasta amoral de los autores de sus libros.

Imagínate que al acabar la feria, estas dos casetas acaban siendo las que más libros han vendido y más dinero han ganado.

Y piensa en ello cuando vayas a votar hoy.


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